viernes, 4 de octubre de 2013

Ojos que no ven... ¿organismo que no siente?

Las técnicas de lavado de manos fueron diseñados tanto para protegernos a nosotros profesionales de la salud de virus, bacterias pero, también para proteger a los pacientes de ellos, evitando que se diseminen enfermedades y perjudicar la salud de todos.

Convivimos diariamente con estos microorganismos patógenos, están en todas partes, todo el tiempo y aún así no los podemos ver a simple vista.
En el ámbito hospitalario las infecciones intrahospitalarias  son complicaciones frecuentes y severas de la atención en salud, tanto pública como privada.


La Epidemiología de las IIH, ha demostrado que, además de los factores de riesgo propios del huésped, los factores de la atención son de  mayor  importancia, especialmente  los  relacionados  con  procedimientos invasivos. 
 



Se sabe que el lavado de manos es la medida básica más importante y simple para prevenir las IIH y que los objetivos están orientados a eliminar la flora microbiana transitoria y disminuir la flora normal de la piel.







¿Cuándo debemos lavarnos las manos?




Los cinco momentos:

  1. Antes del contacto con el paciente.
    • ¿Cuándo? Lávese las manos al acercarse al paciente (al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse, realizar un examen clínico).
    • ¿Por qué? Para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que tenemos depositados en nuestras manos (libres o con guantes)
  2. Antes de realizar tarea aséptica.
    • ¿Cuándo? Inmediatamente antes de realizar la tarea (curas, inserción de catéteres, preparación de alimentos o medicación, aspiración de secreciones, cuidado oral/dental).
    • ¿Por qué? Para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que podrían entrar en su cuerpo, incluido los gérmenes del propio paciente.
  3. Después del riesgo de exposición a líquidos corporales
    • ¿Cuándo? Inmediatamente después de exposición a fluidos orgánicos aunque se lleven guantes (extracción y manipulación de sangre, orina, heces, manipulación de desechos, aspiración de secreciones, cuidado oral/dental).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente.
  4. Después del contacto con el paciente
    • ¿Cuándo? Después de tocar a un paciente y la zona que lo rodea (al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse, realizar un examen clínico).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente.
  5. Después del contacto con el entorno del paciente.
    • ¿Cuándo? Después de tocar cualquier objeto o mueble del entorno inmediato del paciente, incluso si no se ha tocado al paciente (cambiar la ropa de cama, ajustar la velocidad de perfusión).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente.

 Por lo tanto, todos los miembros del equipo de salud deben incorporar este procedimiento a su rutina de trabajo diario. La ausencia de medidas adecuadas conlleva un riesgo importante  de  contraer enfermedades  infectocontagiosas, y  el establecer  un  orden y una rutina es esencial para que ello no ocurra.

Cuando hablamos de niños es muy importante mantener una buena higiene de manos ya que tienden a llevarse las cosas a la boca y en un ámbito hospitalario resulta de grave riesgo.  

Técnicas de lavado de manos
 

Existen 4 técnicas diferentes de lavado de manos, dependiendo de la ocasión, de la situación, del servicio o de la urgencia se elige entre uno y otro. Recordar siempre retirar anillos, relojes, pulseras, etc.

El lavado de manos social es el que se realiza con agua y jabón siempre que se perciban las manos sucias, antes y después del contacto con un paciente y antes de técnicas invasivas.

Primero se abre la canilla, se humedecen las manos y con el jabón se frotan hasta que se genere abundante espuma. Este tipo de lavado debiera durar entre 20-30 segundos. Luego de enjuagar, con una mano se debe tomar una toalla descartable y luego de secarse cerrar el grifo con ese mismo papel antes de desecharlo.

El lavado de manos antiséptico se utiliza: antes y después  de técnicas invasivas como inserción de catéteres o sondas vesicales, luego del contacto con fluidos corporales o mucosa no intacta, después de quitarse los guantes, entre procedimientos del mismo paciente, antes y después del contacto con pacientes que se sabe o se sospecha que están colonizados. 

Elimina la suciedad, materia orgánica y flora transitoria y parte de la flora residente de las manos utilizando un antiséptico que puede ser clorhexidina  4% o povidona yodada 7,5% .

El procedimiento es igual al lavado social, lo único que cambia es el tipo de solución jabonosa que se utiliza.

El lavado de manos seco es la aplicación de un agente antiséptico sin la utilización de agua en las manos, para reducir el número de microorganismo. Estos antisépticos están realizados con alcohol sin surfactante. 
A comparación de anteriores lavados tiene más ventajas, ya que no se requiere de agua por lo tanto tampoco de lavatorio, ni de toallas descartables, es mucho más rápido a la hora de realizar un procedimiento y en especial de urgencia pero no se puede utilizar cuando las manos están visiblemente sucias. La técnica consiste en distribuir una porción de alcohol en gel en la palma de las manos y distribuirlo friccionando de 10-15 segundos por toda la superficie también en el dorso de las manos, las muñecas y entre los dedos. Debiera secarse al poco tiempo.

El lavado de manos quirúrgico es aquel que utiliza la flora transitoria y al máximo la flora residente de las manos previo a un procedimiento invasivo que por su especificidad o su duración requiere un alto grado de asepsia. 


El material utilizado es un jabón líquido con antiséptico, clorherxidrina o povidona yodada, también cepillo desechable, toallas estériles.

 
  1. Abrir el grifo y humedecer las manos y antebrazos con agua.
  2. Aplicar jabón antiséptico.
  3. Lavado mecánico de manos y antebrazos limpiando con el cepillo solo debajo de las uñas. No frotar con el cepillo el resto de la piel para evitar lesiones.
  4. Aclarar con abundante agua corriente.
  5. Aplicar de nuevo jabón antiséptico en manos y antebrazos friccionando al menos durante 2 minutos.
  6. Aclarar con abundante agua.
  7. Secar por aplicación, sin frotar, con una compresa o toalla desechable estéril, comenzando por los dedos y bajando hasta los codos.
Durante todo el proceso mantener las manos por encima de los codos.